El Apocalipsis no llegó. No se dispararon las alarmas, ni hubo fallos informáticos, ni se revolucionaron las armas del Pentágono.
Pero yo te juro que, el 1 de enero, mi vídeo marcaba el año 1980, y el ordenador, 1900.
Pero yo te juro que, el 1 de enero, mi vídeo marcaba el año 1980, y el ordenador, 1900.
El tan temido "Efecto 2000" sólo era el miedo a la incertidumbre.
Se tenía la responsabilidad de entrar en una nueva década, en un nuevo siglo y, para coronar los temores, en un nuevo milenio.
Se tenía la responsabilidad de entrar en una nueva década, en un nuevo siglo y, para coronar los temores, en un nuevo milenio.
¿Estábamos ya en el futuro? ¿Cuándo comenzaba realmente el siglo XXI? Se sucedían las discusiones, centradas especialmente en el significado del cero.
En cualquier caso, ya lo había pronosticado Kubrick; el futuro empezaría al año siguiente, y también nuestra época, enfermiza, insegura, más allá de la imaginación.
2000 fue sólo un ensayo general, el mismo año que los americanos contaban y recontaban los votos de Gore y Bush en la elección presidencial más chapucera del mundo occidental.
Mientras, Al-Qaeda preparaba a sus más famosos agentes en Malasia.
Oh, qué buen año para los maromos. Christian Bale se puso como una roca para "American Psycho" y Russell Crowe nunca estuvo mejor que en "Gladiator".
Y descubrimos a Hugh Jackman en "X-Men".
Eminem y Dido nos hablaban de "Stan", el chico que escribía cartas a Marshall Mathers relatando una vida que se componía de decepción, soledad y mitomanía.
Sí, las tres cosas que definían tanto a la sociedad que estaba más allá del aislamiento.
¿Os acordáis cómo se llamaba el virus informático más difundido del 2000? ILOVEYOU.
¿Os acordáis cómo se llamaba el virus informático más difundido del 2000? ILOVEYOU.
"In The Mood For Love"; la eterna fascinación por Oriente ya tenía otro título de culto.
Y la globalización era un hecho. Se importaban tradiciones y se internacionalizaban.
Ahí estaban las espadas voladoras del "Tigre y Dragón".
Y la globalización era un hecho. Se importaban tradiciones y se internacionalizaban.
Ahí estaban las espadas voladoras del "Tigre y Dragón".
Las protestas en contra de eliminar lo particular y quedarse con lo general tenían una brutal respuesta en los sucesos de Praga.
La televisión y la nevera se rebelaban contra Ellen Burstyn en "Réquiem por un Sueño", o cómo una película logra que sintamos el puro Infierno bombeando en las sienes.
Las chicas del Bar Coyote ponían de moda el bailar cual putón encima de la barra.
Madonna, oro y blanco, conquistaba con "Music", y Björk era ciega, obrera y un tanto gafe en "Dancer In The Dark".
Madonna, oro y blanco, conquistaba con "Music", y Björk era ciega, obrera y un tanto gafe en "Dancer In The Dark".
Y, en televisión, cuidado con la policía científica. Empezaba "CSI".
2000 fue el año de la llegada de Putin, de la expulsión de Fujimori y de la revalidación de Chávez. Fue el último capítulo de Bill, y el primero de Hillary, elegida Senadora y con los ojos puestos en lo que siempre debió ser suyo.
Los recuerdos se tatuaban en el cuerpo de Guy Pearce.
Escribir lo que sucede ahora era la mejor manera de conservar lo que morirá al segundo siguiente.
Escribir lo que sucede ahora era la mejor manera de conservar lo que morirá al segundo siguiente.
El futuro era así. Memoria de pez.
Es acaso una de las mejores cosas que he leído en todo el día.
ResponderEliminarEn diciembre Yo también hice un recuento de lo vivido en el 2000 y en los 9 años que le siguieron. En muchas cosas coincidimos, porque bueno, como decía la Streisand, "Memories, may be beautiful and yet..."
ResponderEliminarMuchas gracias, Fluci.
ResponderEliminarLeí tu repaso, Atticus, y me gustó mucho, obviously. ;)
el 2000 fue, para mí, un año loco y maravilloso. tantas ilusiones, esperanzas, sueños. alcancé la mayoría de edad, ingresé a la universidad, me enamoré jodidamente. ah, por dios, cómo se fueron diez años así tan rápido.
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