Guste más o menos, está claro que Andrés Velencoso es uno de esos hombres indiscutiblemente guapos, que lucen bien en cualquier ocasión.
Por esa capacidad de parecer bonito hasta cuando no lo pretende, es evidente que este Andrés nació para ser modelo.
No lo tenían muy claro los diseñadores en sus inicios; Velencoso acudió rapado y musculoso a sus primeros castings.
Por entonces, no parecía adecuado para adornar revistas, promocionar trapos, mostrar complementos y caminar pasarelas.
Pero las cosas cambiaron y, mientras Andrés adelgazaba y transitaba a las bondades del cabello multiforme, se convertía poco a poco en uno de los más cotizados modelos masculinos internacionales.
Tanto los mejores fotógrafos como las firmas de renombre lo siguen y lo persiguen.
Su rostro y su cuerpo han cruzado el mundo, pero Andrés Velencoso ha sido más que imagen cuando se publicaban las fotos de la evidencia.
La diva australiana Kylie Minogue superaba amores del pasado y épocas de mala salud, bien agarrada del brazo de Velencoso, diez años menor que ella.
Dicen que su físico resume la belleza del hombre español, pero el secreto de su éxito reside en esa mezcla entre caballero ideal y gigoló italiano.
Andrés es el acompañante perfecto en una cena de Nochebuena, a quien presentar a la familia y que, por seguro, suscitará todas las envidias.
Kylie, que es muy maja, nos lo presta.
Quien pudiera...!
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