El tiempo y la memoria no han sido justos con la figura de Eleanor Parker, inconfundible dama de los cincuenta, actriz genial, belleza pelirroja y diva por derecho propio.
El público la recuerda, sobre todo, por ser la antipática Baronesa de "Sonrisas y Lágrimas" (The Sound of Music), muy lejos de sus años de esplendor y donde lucía desfavorecida en muchos aspectos.
Eleanor, de voz grave y fisonomía ideal para el melodrama, ambiciosa y versátil como pocas actrices de su generación, tuvo su primer éxito restallante en "Sin Remisión" (Caged), la película de mujeres en la cárcel por excelencia.
La Parker incorporó a la chica buena y desvalida, cuya estancia en una pavorosa prisión transformará inevitablemente.
"Sin Remisión" no escatimó en sugerencias de sadomasoquismo y lesbianismo, y todavía sigue resultando un drama de lo más contundente.
"Sin Remisión" no escatimó en sugerencias de sadomasoquismo y lesbianismo, y todavía sigue resultando un drama de lo más contundente.
Eleanor conseguiría su primera nominación al Oscar por ese papel, que iniciaba una década llena de éxitos.
Mientras Hollywood la envolvía en papel de regalo, ella buscaba los mejores retos dramáticos.
Se movía entre los géneros como pez en el agua, se cambiaba el color de pelo y se desvivía por personajes neuróticos y llenos de secretos.
Lo suyo eran las paralíticas, que abordó con tanta sensibilidad como sentido del grandguignol.
Se movía entre los géneros como pez en el agua, se cambiaba el color de pelo y se desvivía por personajes neuróticos y llenos de secretos.
Lo suyo eran las paralíticas, que abordó con tanta sensibilidad como sentido del grandguignol.
Fue ese camaleonismo el paradójico impedimento para que la Parker se convirtiese en una estrella de mayor entidad.
El público de entonces, acostumbrado a actores que básicamente se limitaban a repetir el mismo papel, tenía dificultades para reconocer a Eleanor Parker en ocasiones.
El público de entonces, acostumbrado a actores que básicamente se limitaban a repetir el mismo papel, tenía dificultades para reconocer a Eleanor Parker en ocasiones.
Sin embargo, sería la decadencia de los viejos estudios en décadas posteriores lo que condenaría su carrera.
En cierta medida, Eleanor Parker navegó sola entre dos corrientes y no pudo sobrevivir.
En cierta medida, Eleanor Parker navegó sola entre dos corrientes y no pudo sobrevivir.
En "Sonrisas y Lágrimas", quizá Eleanor supo, como su personaje, que tenía que retroceder y aceptar la derrota ante nuevas actrices y públicos desmemoriados.
Pero los cinéfilos de verdad nos resistimos a olvidarla. Deslumbrante en "Scaramouche", ardiendo en "Cuando Ruge la Marabunta" (The Naked Jungle), bella y mentirosa en "Detective Story" y, sobre todo, frígida y bien regia en "Home From The Hill".
Hoy Eleanor Parker tiene 86 años y vive retirada en Palm Springs junto a su cuarto marido. Todavía espera el Oscar honorífico.
La he adorado siempre y desde hace algunos años me identifico completamente con la baronesa
ResponderEliminarRecoges su espíritu y recorres bien sus películas, de las que me gustan especialmente "Melodía interrumpida" y "Of human bondage", versión e interpretación que prefiero a la de John Cromwell-Bette Davis, aunque suene a sacrilegio.
Y por supuesto la Baronesa...
Me alegro mucho de que estés curado.
Lord A.
Gracias, Baronesa. No he olvidado entonar el Do-Re-Mi en mi baja por enfermedad.
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