Meet Betty

Ya la conoces, pero nunca la habías visto así. Llega la ABC y convierte a la fea favorita de la televisión en la protagonista de un jugoso guilty pleasure.
¿Quién está detrás? Esa diosa azteca llamada Salma Hayek, que, junto con Silvio Horta, luchó decididamente para que "Ugly Betty" fuese una realidad. Esta vez, como una entrega semanal y diseñada para durar, a base de temporadas y cliff hangers.

Con America Ferrera como talismán, la versión yanqui se viste de lujo, de gay friendliness y de sana autoparodia.
En su mezcla de géneros, desde la comedia de situación al culebrón más delirante, "Ugly Betty" decide no tomarse en serio. Y es ese su mayor hallazgo.

Distinta a las otras versiones, "Ugly Betty" se mueve veloz y se prefiere colorida. Su diseño de producción se contamina de la revista high fashion y del cómic.

Sus personajes son lo mejor del pastel, liderados por una inesperada Vanessa Williams, que ofrece una villana de alto nivel, prima hermana emocional de Alexis Colby.

"Ugly Betty" es una sátira sobre el mundo de la moda y las apariencias, pero también una parodia de las diferencias de clase y de raza. La extracción social y cultural como detonante del drama compone el sello característico de esta Betty que vive en Queens y trabaja en Manhattan.

"Ugly Betty" inaugura unos jueves triunfales para la ABC, seguida por "Anatomía de Grey" y "Lost". Una variopinta sesión triple, que comienza la noche con los brillantes brackets de Betty y la termina con la tortuosa electromagnesis de la isla del Pacífico, pasando por la inyección de epinefrina y amor doliente del Seattle Grace.
Es decir, apuesta por lo extravagante y triunfarás.