La Keaton siempre levanta simpatías. Es su especialidad. Sonríe, pone cara de cómplice, hace la payasa y nos enamora a todos.
En los años setenta, cuando Woody Allen y "El Padrino" la pusieron de moda, se la aclamó como la nueva Katharine Hepburn. Transitaba de la comedia al drama sin complejos, su armario se componía de androginia y el público la adoraba.
En los años setenta, cuando Woody Allen y "El Padrino" la pusieron de moda, se la aclamó como la nueva Katharine Hepburn. Transitaba de la comedia al drama sin complejos, su armario se componía de androginia y el público la adoraba.
"Annie Hall", su película capital, le proporcionó un Oscar y permitió que las chicas de todo el mundo incorporaran las corbatas, los chalecos y cierto desaliño a su vestuario.
Pero Diane Keaton siempre fue más que apariencia; también se revestía de una actitud feminista y fuertemente independiente.
Pero Diane Keaton siempre fue más que apariencia; también se revestía de una actitud feminista y fuertemente independiente.
Un fruto inconfundible de la década de los setenta, Diane tuvo problemas para sobrevivir a su fin.
Los ochenta fueron para ella un período casi desértico, con buenas interpretaciones y ambiciosos proyectos punteando una inactividad casi general.
Coppola y Allen, sus directores de referencia, le hicieron empezar los noventa con buen pie, repitiendo sus papeles emblemáticos (Kay Adams y la perfecta chica de Woody). Diane estaba dispuesta a recuperar su posición en la industria.
Y, junto a ello, su salto a la dirección, donde destaca su capítulo de "Twin Peaks" y la bien recibida película "Unstrung Heroes".
Los ochenta fueron para ella un período casi desértico, con buenas interpretaciones y ambiciosos proyectos punteando una inactividad casi general.
Coppola y Allen, sus directores de referencia, le hicieron empezar los noventa con buen pie, repitiendo sus papeles emblemáticos (Kay Adams y la perfecta chica de Woody). Diane estaba dispuesta a recuperar su posición en la industria.
Y, junto a ello, su salto a la dirección, donde destaca su capítulo de "Twin Peaks" y la bien recibida película "Unstrung Heroes".
Ahora Diane Keaton estrena comedia propia con regularidad. Se ha convertido en una marca, haciendo de mujer marchosa, abuela enrollada o madre desesperada en alargadas sitcoms para el cine. Sus últimas películas están diseñadas para ella y para su imagen. La más representativa, "Something's Gotta Give", recoge todo lo mejor y lo peor de esta nueva Keaton.
Sigue siendo una mujer bella y una actriz infalible, pero se embarca en vulgares women's pictures, que caricaturizan su feminismo hasta límites alarmantes.
En cualquier caso, ella siempre parece pasárselo bien y le gusta rodearse de viejos amigos como Jack Nicholson, Goldie Hawn o Warren Beatty.
La Keaton es mucho más grande que las películas que hace últimamente. Queremos que vuelva con Woody.
En cualquier caso, ella siempre parece pasárselo bien y le gusta rodearse de viejos amigos como Jack Nicholson, Goldie Hawn o Warren Beatty.
La Keaton es mucho más grande que las películas que hace últimamente. Queremos que vuelva con Woody.
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