¿Para qué conformarse con uno cuando puedes quedarte con los dos? Es cuestión de plantearlo. Los dos aceptarán. Preferirán estar contigo de manera compartida que quedarse solos.
Habéis entrado en el mundo del ménage à trois.
Habéis entrado en el mundo del ménage à trois.
Ahora las reglas son cosa de tres. ¿Una cama bien grande de 4x4 o mejor un trío de pequeños lechos, como los Ositos de Ricitos de Oro?
Tres baños, tres cepillos de dientes, tres espejos, tres turnos, tres platos en la mesa, tres nombres en el buzón.
¿Cómo los presentarás ante las visitas?
Si has llegado a ese nivelón de relaciones amorosas, olvídate de los cotilleos, de la envidia ajena y de la maledicencia. Vives con dos. No dejes que se meta nadie más, ni siquiera a opinar.
Fíjate en la Katharine Ross de "Butch Cassidy & The Sundance Kid", en la Jean Seberg de "Paint Your Wagon", en la Miriam Hopkins de "Design For Living". Son tus antecesoras en la cuestión triatlética. Para ellas, fue la mejor manera que encontraron para ser felices. Quizá para ti sea la solución.
Si aparte de vivir tres, el sexo es también cosa de tres, habéis accedido a una fase más allá del ménage.Es el momento del trío sexual. Uno puede quedarse mirando; pero, como dicen en "Shortbus": "mirar es participar".
Tres cuerpos que deben ordenarse, en un encuentro imperfecto y que, a veces, verge en el desequilibrio.
Mi consejo: sé siempre la estrella invitada.
Estimado Josito,
ResponderEliminarBrillante artículo.
Al entrar en tu blog las comisuras de mi boca vuelven a levanterse a modo de sonrisa.
Enhorabuena!
Lord Alfred.
Se te echaba de menos, Lord!
ResponderEliminarBesos,
Jos.