sábado, 2 de febrero de 2008

Niles Perry y Dorothy Gale


Qué difícil es descubrir el mundo adulto. Para los niños, la ruptura progresiva con la fantasía es un hecho ineludible a la hora de hacerse mayores. Descubren que la gente se muere, que no hay más paraíso que el horizonte de sus aburridos pueblos y que volar es imposible.

En "Oz, un Mundo Fantástico", Dorothy está a punto de ser sometida a un electroshock. Al borde del siglo XX, sus relatos de fantasía deben ser anulados. Es la hora de la racionalidad. Es el momento de crecer, de apaciguar la mente.


En "El Otro", la abuela de Niles Perry acaba por decirle que todo es un juego. Holland, su hermano gemelo, está muerto; mantenerlo vivo fue una manera de controlar su dolor. Ahora tiene que ver el nombre de Holland en la tumba.


Pero es demasiado tarde para aplacar a Niles y a Dorothy.
Tanto Dorothy como Niles se niegan a olvidar sus fantasías y sus mundos particulares, aquellos que han escrito con su mente y que controlan a la perfección. Se vuelven rebeldes y su irracionalidad es más poderosa que la realidad.


Dorothy es la heroína, la mercenaria voluntaria que lucha contra la irrupción de la maldad, la vanidad y la avaricia. Su misión de liberar Oz es su magnífica obsesión.
Y convierte a la niña que vio morir ahogada en Ozma, la reina de Oz. Porque siente que nadie debe morir; lo bello y lo justo deben permanecer eternamente.


Niles, el niño que se esconde en el granero, usa a su hermano muerto como el apéndice de su mente perturbada, como la justificación de sus actos criminales, como la codificación de una personalidad tempranamente contradictoria, que se niega a entender.
Su doble personalidad se esconde de la cruel claridad y es astuta. Su asesinato se beneficia del conocimiento del truco de magia.


Niles no sabe cómo funciona el mundo, pero lo intuye y lo usa en su inquietante cubículo pueril.

Dos niños desbocados. Aquella, buscando la justicia y la verdad más allá de las proporciones de Kansas; el otro, justificando el trauma de la pérdida en su opresiva granja de Connecticut.


Son los protagonistas de dos películas a reivindicar. "El Otro", de Robert Mulligan, basada en la novela de Tom Tryon, y "Oz, un Mundo Fantástico", una obra maestra total y tristemente infravalorada.
Y son también dos de los títulos favoritos del encantador muchacho que sugirió este artículo. El mismo que se cree Niles, pero que siempre será Dorothy.

4 comentarios:

  1. Estimado Montez,

    Está claro que seguimos en sintonía: Hace tres noches estaba viendo la película de Mulligan, (doblada por desgracia), por recomendación de un chico de foto de la escuela, divino. No haría falta que te dijese que me encantó.

    Retorno a Oz es una de las películas-trauma favoritas de mi infancia.

    Hoy no puedo decir nada más, en contestación a tu último, intuyo, post de ayer escribiré dos ocurrencias:

    1"¿Que nos importa que Charades sea cantada desafinada cuando la canta quien la canta?" (NOTA:Si quieres seguir riendo bájate "Rex Manning (Maxwell Caulfield) - Say No More (Mon Amour)")

    2. A Zac me lo imaginaba más en las duchas comunitarias de algún Hostal de la mala muerte que en un lujoso y soleado balneario.

    Saludos desde la ciudad del viento.

    Lord Alfred

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  2. Me sorprendía que pudieras hallar similitudes entre estas dos películas pero una vez leído el artículo me rindo a tu genio. Sobrevolar los campos de Connecticut a vista de cuervo y el desierto de la muerte a bordo de un sofá con cabeza de alce, han sido dos de mis mayores fantasías. Y es que la magia existe. Es un deber.

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  3. Gracias como siempre a mis dos lectores más fieles.

    Lord, bajando ese Say No More tan prometedor. Y no importa que desafine, no.

    Y a The Other Dorothy, que por fin se decide a comentar: besos, besos y más besos.

    Jos.

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  4. Delicioso artículo ¡vive Dios! Si te gustan las películas de Oz te recomiendo que visites mi página para Ozmaniacos empedernidos
    Ozmanía no place like Oz

    Tengo que ver esa de "el otro".
    Adi oz

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