"Volvimos a las terribles Encantadas, montones de lava de volcanes extinguidos, a tiempo para presenciar el empollamiento de huevos de las tortugas marinas y su desesperada huida al mar. ¡La playa angosta! ¡El color del caviar! Todo estaba en movimiento. Pero el cielo también se movía...
Se movía, lleno de aves carnívoras y gritos, los gritos horribles y salvajes...
En la estrecha y negra playa de las Encantadas, mientras las tortugas marinas salían desesperadamente de los hoyos y se lanzaban al mar en carrera desenfrenada...
Para escapar a las aves carnívoras que ennegrecían el cielo, dándole una coloración casi igual a la de la playa.
Y la arena vivía toda ella, vivía al tiempo que las tortugas se lanzaban en carrera desenfrenada al mar, mientras las aves revoloteaban, suspendiéndose y lanzándose para atacar. Se lanzaban en picado hacia las tortugas marinas empolladas, volviéndolas del revés para poner al descubierto sus carnes tiernas, que laceraban y desgarran ferozmente para devorarlas.
Sebastian calculó que sólo una de cada cien lograba llegar al mar....
Mi hijo buscaba a Dios, una clara imagen Suya"
Violet Venable en "De Repente, el Último Verano" (Tennessee Williams, 1959)
Noooooooooooo! Mister Montez,
ResponderEliminarAhora mismo me planteo dos posibilidades:
1. Dejar de leer su blog, (al que estoy irremediablemente enganchado), porque me da escalofríos.
2. voy a alzar un altar advocado a usted, con una cruz en llamas.
Ha ensartado tres artículos excepcionales uno detrás de otro. ¡Premio!
Saludos desde la Ciudad del viento.
PD: Yo, como Sebastian, no puede pasar de las siete sin tomarse un dry martini.
Oh, Dios mío, ¿pereceré entonces a mi propio listón? En cualquier caso, me quedo con su segunda opción, milord. Gracias de nuevo por tus palabras.
ResponderEliminarJos.